Debido a las duras circunstancias que estamos atravesando actualmente, muchas familias se han visto inmersas en la situación de vivir el confinamiento con un familiar con Alzheimer sin poder llevarlo al centro especializado correspondiente para que atiendan sus necesidades.

Esto puede llegar a ser muy complicado ya que la persona afectada puede no comprender la situación y esto podría desencadenar en conflictos y sentimientos negativos que harían aún más difícil el periodo de confinamiento. Por ello, a continuación, expongo una serie de pautas para hacer más fácil la convivencia y para mantener lo más activa posible a la persona afectada hasta que todo vuelva a la normalidad y pueda acudir de nuevo a su centro.

 

Planificar y mantener una rutina

Es muy importante planificar un horario y seguir unas rutinas. Es decir, levantarse, realizar las comidas, ir al baño, realizar ejercicios/tareas de ocio e irse a dormir más o menos a la misma hora todos los días. Esto ofrece a la persona con demencia cierta estabilidad y les facilita la previsión de lo que ocurrirá a lo largo del día. Debemos mostrarnos flexibles ya que puede que, en ocasiones, la persona no quiera colaborar o realizar cierta actividad, por lo que es recomendable adaptarnos a ella y no obligarla a realizar algo que no quiere.

 

Mantener una actitud tranquila

 

Es imprescindible que mantengamos una actitud tranquila y apacible ante nuestro familiar ya que, aunque no comprenda la situación en la que nos encontramos, si puede darse cuenta del nerviosismo e intranquilidad que le rodea. Esto podría provocar que se alterara y se mostrara inquieto, perjudicando su estado de salud. A su vez, se recomienda que, si no comprende lo que está ocurriendo, se intente no hablar de ello en su presencia.

 

 

Mantener la actividad física

 

Mantener la actividad física es muy importante ahora que no podemos salir de casa. Si se dispone de espacio suficiente es recomendable dar pequeños paseos, pero si esto no es posible, a continuación se mencionan algunos ejercicios que se pueden realizar:

 

  •  MANOS: girar las manos, primero con los puños cerrados, después con los dedos extendidos. Mover las dos manos simultáneamente en varias direcciones (hacia arriba, hacia abajo, movimiento circular…). Abrir una mano mientras se cierra la otra, primero despacio, luego más rápido. Unimos las palmas de las manos y separamos solo los dedos aguantando unos segundos.
  • DEDOS: abrir y cerrar los dedos de la mano, primero simultáneamente, luego alternándolas (ir aumentando la velocidad). “Tocar el tambor” o “teclear” con los dedos sobre la mesa, aumentando la velocidad. Con la mano cerrada, sacar los dedos uno detrás de otro, empezando por el meñique. Con las dos manos sobre la mesa levantar los dedos uno detrás de otro, empezando por los meñiques.
  • PIERNAS: subir y bajar escaleras. Dar paseos. Sentarse y levantarse de la silla sin usar las manos. Ponerse de puntillas y volver posteriormente a la posición inicial (varias veces a distinto ritmo). Flexionar las rodillas (varias veces a distinto ritmo. Sentados en una silla levantar una pierna y luego la otra (varias veces a distinto ritmo).
  • BRAZOS: levantar los brazos hacia arriba, primero uno y después el otro o los dos al mismo tiempo. Extender los brazos hacia adelante. Flexionar los codos.
  • CABEZA: girar lentamente la cabeza de izquierda a derecha o viceversa. Llevar la cabeza hacia arriba y luego hacia abajo. Llevar la oreja hacia el hombro, la barbilla hasta el cuello y posteriormente la otra oreja hacia el hombre.

JUEGOS: mímica, pasarse la pelota, papiroflexia o cuento motor (acompañar de gestos cada una de las escenas que se narren en un cuento o historia).

*Realizar estos ejercicios lentamente y sin forzar, en la medida en que cada uno pueda. Si la persona tiene la movilidad muy reducida se le puede ayudar tomando en nuestras manos cada una de las extremidades mencionadas y moverlas lentamente, con cuidado tal y como indican los ejercicios.

Ir al contenido